Impresiones Phantom Brigade – Oro táctico

Todo buen RPG táctico por turnos parte de una premisa simple pero esencial: se debe poner a prueba nuestra capacidad de coordinar y contrarrestar las tácticas propias y enemigas, convirtiendo cada turno en una ingeniosa prueba de inteligencia que, superada con éxito, nos lleva a la victoria. Las tácticas a seguir deben ser consideradas con pausa, pues el juego rápido y suicida suele castigar con frecuencia a los jugadores más impulsivos.

Phantom Brigade tiene esto como máxima. Ofrece una estrategia brillante, limpia y muy espectacular, a la par que castiga a aquellos que ponen sus manos sobre el teclado y el ratón sin detenerse a asimilar sus mecánicas. Porque aquí las reglas del juego cambian, y Brace Yourself Games nos trae un juego de estrategia táctica por turnos que, aunque recoge ideas de otros juegos del estilo, aporta una característica propia muy a tener en cuenta: el tiempo.

Cuando comencé mi primera partida, me entusiasmé con el nuevo concepto. Mis mecas podían «ver» 5 segundos en el tiempo y anticipar las jugadas enemigas, proyectando toda decisión táctica de forma visual sobre el terreno. Nada más iniciar el modo historia el juego me propuso un sencillo y completo tutorial para empezar a masticar todo lo que Phantom Brigade tenía por ofrecerme. Las primeras misiones eran fáciles de ganar, al fin y al cabo, no eran más que las típicas misiones de rutina para aprender los tips básicos. Había mucho que asimilar.

Pero más tarde, cuando los enemigos me superaban en número y las misiones tenían más de un objetivo, tuve que replantearme si estaba comprendiendo bien lo que Phantom Brigade me ofrecía. Claro, yo venía de otros RPG tácticos donde el curso de la acción está limitado a la intuición del jugador; pero aquí mis unidades tenían la habilidad de ver en el tiempo las acciones enemigas, y las reglas cambian no sabéis hasta qué punto.

En batalla, Phantom Brigade presenta un visor temporal donde, en turnos de 5 segundos, debemos colocar nuestras acciones como si fueran etiquetas, eligiendo muy bien el momento exacto para realizar dicha acción. Además, este visor táctico nos permite ver los próximos 5 segundos de cada unidad enemiga en una línea de acción claramente identificable. Esto es más difícil explicarlo que ponerlo en práctica, pues el juego tiene una curva de aprendizaje más larga de lo habitual -especialmente por lo confusos que pueden ser los menús al principio-, pero con el tiempo comprendí cómo encajan sus mecanismos internos. Una vez decidida nuestra táctica, podemos pinchar sobre el botón «ejecutar» para ver la acción en tiempo real. Esto resulta muy espectacular, pues podemos pausar la acción, rebobinar o disminuir la velocidad no solo para obtener una mejor vista, sino para contemplar al milímetro los daños causados y recibidos. Una vez concluida la acción, repetimos la pauta hasta terminar el combate -que por cierto, su duración no es mayor a un minuto-.

Cinco segundos es poco tiempo, pero os aseguro que os parecerán una eternidad mientras os coméis la cabeza ensayando tácticas mentalmente y observando con atención la pantalla para decidir la mejor estrategia. Las batallas de Phantom Brigade ocurren a pequeña escala, pero alcanzan una intensidad digna de las mejores películas de Transformers. Al finalizar la batalla, podemos recoger los restos enemigos para convertirlos en recursos o equiparlos en nuestros mecas.

Existen miles de opciones de personalización, y me ha encantado que podemos convertir a cada una de nuestras unidades en mecas únicos y bien diferenciados. Existe una buena cantidad de armas con distintas características -bien explicadas en los menús correspondientes -, y además, hay que sumar los diferentes componentes como brazos, piernas y torsos. Balancear nuestro meca con diferentes piezas es imprescindible, pues además estás influyen en la masa, y a mayor peso, más resistencia y, por ende, peor movimiento. Incluso, el juego nos da la posibilidad de utilizar el cuerpo de nuestro propio meca como arma, interponiendo nuestra unidad en la trayectoria de un enemigo para frenarlo si tenemos suficiente masa. Esto es interesante cuando nos han arrancado el brazo que porta el arma, por ejemplo. Las posibilidades son muchas, aunque he de señalar que existe un desequilibrio a favor de las unidades ligeras con armas pesadas o de cuerpo a cuerpo.

Otro de los aspectos interesantes es la construcción de los mapas. Nos tocará luchar en campo abierto, en bases militares y en escenarios con viviendas y población civil. Utilizar el entorno como defensa es una parte importantísima de la estrategia, pero debemos tener mucho cuidado para no dañar estructuras clave o lastimar a los inocentes. Esto me ha complicado la partida en más de una ocasión.

Fuera de la batalla, nos movemos por un mapa táctico para conquistar las diferentes provincias que nos han sido arrebatadas. Es aquí donde seleccionaremos las misiones, y donde combatiremos junto a la Guardia Local de cada territorio para mantenerlo bajo control. Me ha resultado entretenido tener que volver a lidiar con territorios anteriores cuando el enemigo los ha vuelto a invadir, pero pasadas unas horas da la sensación de que el juego comienza a repetir sus mecánicas más de lo que me gustaría. Por cierto, como habrás notado, no he mencionado nada sobre el argumento. La explicación es que, más allá de unas pocas secuencias de vídeo, no existe una historia bien contada. Esta es tan anodina que se resume en unos sencillísimos diálogos entre batalla y batalla. Es una pena, pues la historia no tiene la misma pegada que el gameplay y podemos llegar a desconectar de ella con facilidad.

Respecto al apartado gráfico, Phantom Brigade es un juego correcto. No destaca especialmente por ser un videojuego tecnológicamente puntero, pero tampoco es su intención. El modelaje de nuestros mecas está bien construido, y es espectacular verlos en acción cuando el escenario se llena de explosiones. Por otra parte, el diseño artístico, así como las posibilidades de personalización, llaman la atención y tienen suficiente personalidad propia -personalmente, me encanta el diseño afilado de nuestros robots-. Ocurre lo mismo con el sonido, que sin llegar a destacar, consigue sumergirnos en la partida con facilidad.

Phantom Brigade es un excelente RPG táctico por turnos. Tal vez tenga una curva de aprendizaje un poco más dura de lo habitual en el género, su argumento es una mera excusa y puede hacerse repetitivo a la larga. Pero no se me ocurren muchas más cosas para echarle en cara. Al contrario. Phantom Brigade es un ejercicio táctico excelente, con unas mecánicas que, aunque no van a revolucionar el género, se antojan lo suficientemente originales para no ser uno más del montón. Los combates son divertidísimos, bien pensados y espectaculares. También, las opciones de personalización nos mantendrán enganchados hasta crear a nuestro meca perfecto. Su sistema de combate híbrido en tiempo real y por turnos tal vez no sea del agrado de todos, pero si le dais una oportunidad no os defraudará. Cada turno de cinco segundos será un puzzle táctico que pondrá a prueba vuestras neuronas como uno de los mejores exponentes del género para este año.

Dicen que el tiempo es oro. En ese caso, Phantom Brigade es oro táctico.

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