Cyberpunk 2077 – La ciudad de las leyendas.

«Cyberbug. Bugerpunk». El daño estaba hecho. Tanto se ha hablado de Cyberpunk 2077, de todos sus errores, fallos técnicos y promesas incumplidas, que aquellos que en su lanzamiento defendieron el juego eran tomados por bichos raros y fanáticos recalcitrantes. Y no les faltaba razón, en parte. Siendo honestos, toda la bilis vertida en interminables ríos de tinta estaba justificada; y quiero empezar dejando esto muy claro: mal, MUY MAL CDProjekt; esta no es forma de tratar a unos fans que llevaban años esperando la excelencia que os caracteriza. Porque no hay manera de justificar un lanzamiento como el de CP2077: atropellado, a medio hacer; un producto claramente inacabado y repleto de errores técnicos que lo convirtieron en el hazmerreír de la clase. Claro, la versión de PC siempre estuvo ahí, y aunque distaba mucho de la horrenda versión «old gen», no era suficiente para sofocar el incendio provocado. Pues bien, un año después y tras un buen puñado de parches, he acabado Cyberpunk 2077… y he disfrutado de una de las experiencias más fascinantes que puede ofrecer el mundo del RPG.

Debo aclarar que este artículo no pretende ser un análisis del juego, al menos no un análisis al uso. Este será un artículo de opinión basado en mi percepción personal de la calidad del mismo y, aunque seré honesto y criticaré aquello que me parezca criticable, no dudaré en elogiar aquello que me parezca elogiable. Además, también quiero dejar patente que la versión de CP2077 que he jugado es la de PC, y por suerte he podido configurar el juego en calidad Ultra y con una alta tasa de FPS; por lo que no entraré a valorar la experiencia que tal vez muchos hayáis tenido en PS4 o Xbox One. Por otro lado, tampoco pretendo sentenciar al juego por sus promesas sin cumplir; quiero mostrarme razonable y juzgarlo por lo que SÍ ofrece. De modo que, si has llegado hasta aquí y te apetece seguir leyendo, haz una pausa; levántate, ve a prepararte un café y vuelve a sentarte. Hay mucho que contar.

Donde nacen las leyendas.

El Afterlife es uno de esos lugares que se frecuentan a menudo. Y siempre quiero volver.


Existe una ciudad llamada Night City. Un lugar donde todo puede suceder; que te ofrece la oportunidad de ser una leyenda viva, alguien que será recordado por décadas, para luego escupirte y desecharte en una cuneta abandonado a tu suerte. Un lugar donde las estrellas nacen y mueren, un lugar de claroscuros; donde todo el mundo quiere ser alguien y son millones los que fracasan estrepitosamente. Cyberpunk 2077 sabe cómo presentar una sociedad en decadencia moral, donde todo el mundo se ve capaz de jugarse la vida por un poco de protagonismo y poco después morir en el intento.

Night City. El corazón de Cyberpunk 2077.


Quiero empezar hablando de Night City no solo por ser uno de los escenarios más espectaculares con los que he podido interactuar, sino por ser el corazón mismo del propio videojuego; un anticipo del siniestro futuro que parece esperarnos no tardando y que CDProjekt sabe plasmar como ninguno. Porque son tantas las sensaciones que transmite la ciudad, que me resulta difícil ponerme a escribir sin que las ideas se apelotonen en mi mente. Enfrentarme a Night City ha sido como tratar de ponerle un cascabel a un león salvaje; sencillamente es una fiera imposible de domar, una ciudad del pecado plagada de placeres extremos y violencia que se abre ante el jugador y que, una vez dentro, resulta fascinante. Night City crea una ilusión: la ilusión de que para ser alguien importante es imprescindible usar cualquier recurso, un «el fin justifica los medios» de manual. Esto mismo podría ser una brevísima descripción del guion del juego (por suerte, es mucho más denso), porque de eso se trata.


Night City me ha atrapado; me ha hecho creer en sus reglas no escritas, me ha deslumbrado con sus monstruosos edificios de acero y neón. Me he perdido en sus calles, fascinado ante la impresionante recreación de una ciudad futurista que guarda mucha relación con la sociedad actual en la que vivimos, pero retorciendo la fórmula y llevada al extremo. Sinceramente, es admirable el trabajo que ha hecho CDProjekt recreando una ciudad como esta; Night City sabe transmitir mucho sin decir ni una palabra, la grandiosidad está impregnada en cada calle, en cada fachada, en cada garito mugriento. Es tal el nivel de detalle alcanzado que he pasado horas paseando por ella embelesado por su belleza, admirado por su geometría; un escenario de juego que es mucho más que eso. Night City es una visión, un mundo inmenso rico en matices y detalles, crudo, adulto y complejo; lleno de momentos únicos, decisiones trascendentales y una ambición desmedida que acabó por pasar factura al desarrollo del videojuego. Tal vez haya muchas cosas que se han quedado en el tintero, no lo sé; ni me importa. Lo que Cyberpunk 2077 me ha hecho vivir en sus calles es suficiente para quitarme el sombrero y rendirme ante tal trabajo de artesanía. Podría pasarme horas escribiendo sobre sus detalles; sobre cómo Night City ya te cuenta una historia con su presencia, sobre sus extravagancias y sus gentes, y de cómo esto interactúa con el jugador de una manera emocional. Porque pocas veces en un RPG me he visto tan absorbido solo con estar en el escenario, sin hacer otra cosa que mirar con atención.

V. La leyenda.

El completo editor nos permite diseñar a V a nuestro gusto.


Por supuesto, existe un enlace entre el juego, su mundo y el jugador. En Cyberpunk 2077 ese enlace se llama V. Muchos RPG repiten una fórmula muy manida: tú eres el héroe, el elegido, aquel señalado por el destino; el epicentro de una historia que tiene como clímax la salvación del mundo. Nada de esto está presente en CP2077. Night City no puede ser salvada, aquí no existe el destino y V no es ningún héroe (o heroína, en mi caso), sino alguien que necesita ser salvado: primero de sí mismo, y luego de su entorno. Night City existió y seguirá existiendo después de ti. Esto es algo que Cyberpunk deja patente desde los primeros compases del juego: la lucha por sobrevivir. Como V, he tenido la responsabilidad de intentarlo, de llevar a mi personaje al éxito en su aventura sin perder el alma en el proceso.

Los interiores están recreados con un nivel de detalle enfermizo; desde la iluminación hasta el decorado.


V es un personaje complicado de analizar. Porque la conexión entre V, Night City y sus habitantes es en realidad la conexión que existe entre el jugador y el juego; subyace en cada decisión que he tomado para librarme de cada situación, cuando el juego me ha puesto contra la espada y la pared. No obstante, no puedo negar que V es un personaje muy interesante a pesar del pobre trasfondo que hay al seleccionar la clase al inicio del juego (Nómada, Corpo y Buscavidas). Lo es porque, más allá de esas clases primarias que pueden darnos más opciones en los diálogos, V tiene personalidad y funciona como personaje autónomo. Y gran parte de su encanto tiene que ver con el doblaje al castellano, un trabajo espectacular a todos los niveles, especialmente en V femenina, donde Beatriz Berciano realiza un trabajo de doblaje sencillamente magistral.

Sangre de RPG

El menú del inventario de CP2077 es muy similar a muchos otros RPG, ¡pero con más estilo!


Ahora bien, ¿qué tal funciona Cyberpunk 2077 como RPG? ¿Cómo se sienten sus mecánicas, habilidades y «builds»? Voy a tratar de explicarlo en una sola frase para luego ir desgranando poco a poco: CP2077 es un RPG de «bien raspado», y un RPG narrativo absolutamente espectacular.

En el exterior, y especialmente al anochecer, Night City sabe poner su mejor cara. En PC es espectacular.


La verdad está delante y no la puedo negar. Como RPG sin más, Cyberpunk 2077 es un juego más superficial de lo que parece. Una vez dentro del menú de habilidades, es casi abrumador observar las opciones disponibles. Existen varios árboles de habilidades que nos permiten construir un personaje a medida… en parte. ¿Por qué? Porque en el fondo, no existe ninguna skill que desbloquee un nuevo patrón jugable. Se trata en su gran mayoría de «perks» que potencian lo que ya tenemos desde un principio: un extra en el daño crítico, un porcentaje de acierto, otro de defensa… hay muchos según el arma que deseemos usar; pero todo se reduce a la mínima expresión: hacer más con lo que ya tienes. Me habría encantado un punto de excelencia en este apartado, más aún cuando el trasfondo argumental deja libertad creativa para diseñar mecánicas jugables a placer. Además, antes del parche 1.5, cualquier «build» estaba rota en el «mid/late game»; pudiendo ocasionar un daño desorbitante configurando a V adecuadamente. Por fortuna, con el parche de nueva generación esto se ha corregido y muchas de las habilidades han sido revisadas y balanceadas.

Antes del parche 1.5, he llegado a hacer críticos de 40.000 puntos de daño con esta configuración.


Más allá de las habilidades en sí, Cyberpunk 2077 funciona bien. En combate, las armas se sienten pesadas y contundentes (mención especial a las pistolas), y no he visto juego con un set de movimientos más chulo a la hora de recargar la pipa. Se nota que CDProjekt ha dedicado tiempo a pulir un sistema de disparos y coberturas que funciona realmente bien y se siente cómodo. No es un shooter, es un RPG de acción, pero es destacable el trabajo realizado aquí. En contrapartida, el sigilo no está tan bien conseguido por dos motivos. Primero, porque el propio escenario no otorga al jugador suficientes opciones para abordar la misión desde varios ángulos; no es un Deus Ex, no pretende serlo, pero se nota que CP2077 se queda un pelín corto si nuestra intención es jugar como un ninja. Y segundo, porque las habilidades antes mencionadas, aunque potencian en cierta manera el sigilo, no logran invitar al jugador a tomarse así la partida; como si el propio juego te incitara a entrar en batalla lo antes posible. Me habría encantado tomarme CP2077 como un Deus Ex, pero no ha podido ser. En todo caso, Cyberpunk no anda corto de opciones. Ser sigiloso es una opción válida y gratificante siempre que tengas en cuenta que no es un juego puramente de sigilo; también funciona como shooter al uso, ya que los combates son muy divertidos (más aún desde el parche 1.5, donde se han corregido numerosos bugs referentes a la IA). También existe la opción de los hackeos, que serían los «hechizos» de cualquier otro RPG, y nos permiten hacer mucho daño antes siquiera de que el enemigo nos detecte.

Escrito con pluma de oro.

Rogue. Uno de los personajes secundarios con más peso en la trama. Este momento, en concreto, fue determinante.


Hay algo que me encanta en un RPG. No es solo la historia «per se», sino la manera de exponerla. Existen RPG con una gran historia que se derrumban por la forma en que nos la transmiten, y también están aquellos que, con una historia sencilla, son capaces de transmitir muchísimo al jugador por la forma en la que exponen sus cartas. Por suerte, Cyberpunk 2077 tiene una historia muy buena y que se cuenta de una manera espectacular. Hay RPG de muchos tipos, y si tuviera que calificar a CP2077, no dudaría en ponerle la etiqueta de «RPG narrativo». Porque Cyberpunk 2077 es sobre todo una experiencia narrativa absolutamente espectacular, muy por encima de la gran mayoría de videojuegos del mercado, un punto y aparte en el mundillo de los RPG y, por qué no decirlo, de toda la historia.

Judy se hace de querer ❤


Antes he mencionado a V como un puente que sirve de conexión entre juego y jugador, pero ¿adónde nos lleva ese puente?. A vivir una de las historias de la última década; una historia ambiciosa, llena de detalles, que derrocha calidad y que sabe dónde y cuándo meter un giro de guion. La historia de V; tu historia, tu leyenda. Me he pasado horas meditando si aquella decisión marcada por una barra de tiempo fue la correcta; si no fui lo suficientemente sensato para responder y si, debido a ello, aquel personaje hubiera sufrido mejor destino. Sobre los hombros Cyberpunk 2077 descansa el peso de la ambición y de llevar como testigo a uno de los ejemplos más admirables sobre cómo construir una historia de calidad y variada: The Witcher 3. Cyberpunk 2077 es un juego más corto que aquel, pero condensa en menos horas de juego una cantidad de decisiones que me han hecho replantearme una y otra vez si cargar la partida o no. Un ejemplo admirable de diseño de guión que pocos pueden igualar.

Todos los personajes reaccionan de forma orgánica a los diálogos. Puede verse en sus expresiones faciales.


Claro, todo este derroche de talento se sostiene sobre otro pilar importante relacionado con la trama: la construcción de las escenas. Es sencillamente impresionante cómo CP2077 se las arregla para meter al jugador en la pantalla, hacerle participar en la trama y hacerle sentir culpable por el resultado. El ambiente, el guión, la construcción de frases bien escogidas, el tratamiento de la luz, los numerosos detalles… no puedo sino deshacerme en elogios ante el que es, casi probablemente, el mejor trabajo que he visto a la hora de reproducir una historia y embelesar al jugador.

Toda la trama se vive desde los ojos de V; es fácil sentirse parte de ella, y no solo un espectador.


Pero una buena historia no se sostiene por sí misma. ¿Qué sería de una buena historia sin los personajes? La historia de V en busca de su propio legado no es el único puntal sobre el que se sostiene CP2077; con esa premisa puede construirse una buena historia y ya el juego sería bueno. Pero si un RPG quiere brillar, debe introducir en su argumento unos personajes creíbles, tridimensionales y bien trabajados. La historia principal de Cyberpunk 2077 se refugia en un elenco de personajes secundarios espectacularmente construidos. Y aunque aquí podría hablar mucho, solo quiero detenerme en uno en particular: Johnny Silverhand, el personaje al que da vida Keanu Reeves.

Johnny y V. V y Johnny. No pocas veces he asistido a una historia que se sostenga por un dúo de protagonistas, pero la química que tienen estos dos arrasa toda la pantalla. Johnny aporta las aristas necesarias a una historia ya de por si profunda; es el contrapunto a las cuestiones morales a las que nos enfrentamos en Night City; un rockero mal hablado y de una personalidad tan atractiva y potente que sentencia a casi todos los secundarios que conozco en cualquier videojuego. Johnny está presente en todo, no solo en el arco principal, sino también en las trabajadísimas misiones secundarias; es el apoyo emocional de un protagonista que se derrumba, que va cayendo en las oscuras alcantarillas de Night City, pero que se sostiene por los brillantes destellos de ingenio y talento en todas las apariciones de Johnny y que dan a V el empujón necesario para seguir adelante.

Johnny. Uno de los mejores secundarios que recuerdo.


No obstante, no es oro todo lo que reluce. En cuanto al sistema de misiones, el arco principal y las secundarias están trabajados al máximo, con un ritmo y unas situaciones de lo más variadas. No ocurre lo mismo con los encargos secundarios, esos famosos iconos que plagan el mapa de tareas superfluas. Y as aquí donde, de nuevo, Cyberpunk se pierde en su inmensidad. CP2077 quiere ser tan grande que eso le pasa factura al tratar de alargar artificialmente el juego con montones de misiones de relleno. Son divertidas, sí, y a menudo algunas incluyen unas líneas de texto para darle más empaque, pero no puedo dejar de señalar esta práctica ya vista en infinidad de títulos. Cyberpunk es un juego más comedido que The Witcher 3, que quiere estirarse más usando el viejo truco de los iconos en el mapa. Creo que si hubieran dedicado menos recursos a rellenar el mapa nadie lo habría notado.

Una ciudad que quemar.

Imágenes como esta hablan por sí solas. Gráficamente, Cyberpunk 2077 es un portento.


Llegados a este punto, creo que solo me queda un asunto sobre el que escribir (mentira). Se trata de su espectacular apartado gráfico. Ya habrás visto las imágenes que acompañan este artículo. Son todas capturas propias de la versión PC en Ultra, sin raytracing (ni falta que hace). No hace falta que me entretenga mucho en decir algo que ya se sabe: CP2077 cuenta con uno de los apartados gráficos y artísticos más potentes jamás vistos, con un despliegue de texturas y efectos absolutamente demoledor. Pero… ¿y los bugs? Pues ahí están. La versión 1.31 (a la que he dedicado casi todo mi tiempo) en PC funcionaba realmente bien; pero existían fallos técnicos evidentes: coches flotando, personajes que atraviesan parte del decorado, etc. Nada ni remotamente parecido a las versiones de consolas «old gen», pero cuando sucedían me hacían despertar del trance en el que me había sumergido en Night City, sacándome de la experiencia. Ahora, con el parche 1.5 se han corregido multitud de fallos técnicos, y también aquellos relacionados con la IA.

Cyberpunk 2077 cuenta con un modo foto.


Pero Cyberpunk 2077 es mucho más que un juego bonito de ver. Lo realmente espectacular es el diseño de absolutamente todo. Ya he hablado de la enfermiza atención por el detalle, pero esto se traslada también al escenario en forma de virguerías técnicas y gráficas. Podría escribir largo y tendido sobre la barbaridad de detalles que se esconden en cada rincón de Night City: desde la monstruosidad de sus estructuras, hasta callejones que se esconden en la oscuridad; desde las Badlands hasta el núcleo urbano todo está diseñado con un talento que no sé cómo describir. Sencillamente, deambular por Night City a cualquier hora del día es una gozada.
Y si el apartado técnico es de aúpa, respecto al sonido no puedo poner ni una pega. Unas melodías que ambientan a la perfección, con una mezcla de electrónica y rock admirable. La banda sonora original es tan potente que no necesita de ningún tema licenciado; ahí está Samurai, el grupo de Silverhand. Y si la música es buena, el doblaje tanto o más. La versión española del juego hace un trabajo absolutamente espectacular a la hora de captar los modismos y acentos de los diferentes grupos raciales del juego; un 10 rotundo en este apartado, un trabajo muy por encima de la media.

Cyberpunk 2077; la realidad tras el mito.

Inmersión es una palabra que describe muy bien a Cyberpunk 2077.


Durante este último año, se ha dicho de todo sobre CP2077; y me entristece que en su mayoría (al menos durante un tiempo) hayan sido críticas masivas a un videojuego que es lo que es: un RPG narrativo de leyenda, pero un videojuego terrenal al fin y al cabo. Cierto, CDProjekt puso unas expectativas en su propio juego imposibles de cumplir, y ese hype desmedido que generó con cada avance presentado se estrelló sin remedio contra la cruda realidad el día de su lanzamiento. No puedo discutir eso. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver, y yo he procurado jugar a CP2077 sin tener presente lo que pudo haber sido, sino teniendo presente lo que es, sin prejuicios: una historia y una ambientación de una exquisita factura, con unos personajes secundarios muy trabajados, cobijado en un llamativo envoltorio de RPG.
Cyberpunk 2077 tiene sus carencias, y las tendrá siempre. Tal vez la versión «old gen» nunca debió existir; tal vez a medida que avanzaba el desarrollo se incluyeron ideas que acabaron lastrando el resultado, qué se yo. De lo que estoy seguro es que he disfrutado de Cyberpunk 2077 cada minuto de juego que me ha dado. Una obra maestra de la narrativa, un RPG decente lapidado por unos fallos técnicos que en su mayoría hoy no existen, pero que cumple con lo que todo amante de los RPG desea: una aventura inspiradora, bellísima, adulta, profunda y compleja. Te aseguro que, si le das una oportunidad sin dejarte convencer por las malas lenguas, vas a querer pasar mucho tiempo en Night City; te sentirás atraído por la embriagadora luz de una ciudad depravada y cruel, que ofrece oportunidades de oro, y que deshecha a los débiles que se abrasan con su luz. Sí, a veces esa luz se apagará por sus errores técnicos, o porque tal vez consideres insuficientes sus opciones como RPG, pero mira más allá. Déjate sumergir por su trama y sus personajes, déjate engañar por las despiadadas promesas de Night City; déjate llevar, grita al mundo que no eres uno más. Que eres leyenda.

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