Análisis de Shin Megami Tensei V: Vengeance – Gloria al Nahobino

SEGA lleva un tiempo lanzando en todas las plataformas algunos títulos y sagas que era común ver en exclusiva. En esta ocasión he podido disfrutar de Shin Megami Tensei V: Vengeance. Un título que se lanzó originalmente para Nintendo Switch, en exclusiva, en noviembre de 2021. Sin embargo, como es costumbre en ATLUS, unos años después nos llega una edición más completa, con nuevas historias y mejoras de calidad de vida. Además, ahora podemos jugarlo también en PlayStation 5 y PC; y, por primera vez, en dispositivos Xbox.

En este texto voy a intentar no desvelar información relevante, ni mostrar imágenes avanzadas de la campaña. Pido disculpas de antemano si cometo algún desliz.

Al principio todo era Megaten

Seguramente conozcáis la franquicia Persona y os suene el reciente Soul Hackers 2. Pues bien, ambas sagas son spinof de Digital Devil Story: Megami Tensei, de 1987. Un título que parte de la novela de Aya Nishitani y que ha ido evolucionando desde entonces ofreciendo una serie de juegos paralelos que comparten bestiario y temática de base.

De esta forma, unos años después, la saga principal pasó a llamarse Shin Megami Tensei, dando paso a los citados spinof por el camino. Con todo esto en mente, voy a intentar explicaros «de qué va» Shin Megami Tensei V: Vengeance y, de paso, comentar las diferencias con el título original de 2021.

Una historia muy etérea

En Shin Megami Tensei V empezamos como estudiante de secundaria. No obstante, por ciertos acontecimientos, nos despertamos en un lugar extraño y peligroso plagado de demonios. En el momento crítico un aliado inesperado aparece y se combina con nosotros dando lugar al Nahobino; un ser antiguo y divino capaz de hacer frente a los seres sobrenaturales.

En este juego nos encontramos con todo tipo de seres mitológicos de diferentes culturas. Porque el Dios de la creación se hizo con el trono, y en su omnipotencia relegó al resto de divinidades convirtiéndolas en lo que entendemos como demonios. Aunque no se han rendido, y esto nos lleva a abrirnos paso en el apocalipsis para descubrir la verdad tras esta guerra.

Tanto si son aliados, como si son enemigos, cada uno tiene sus propios intereses y nuestra interacción con ellos puede tener peso. De esta forma, mediante pequeñas opciones de diálogo, la percepción sobre nuestro personaje influye sobre los que le rodean. Esto tiene más peso en las misiones secundarias, donde muchas veces una petición nos lleva a activar la versión opuesta del bando enemigo.

Lo cual nos permite escoger a quién queremos apoyar; matando al opuesto. Cabe destacar que las elecciones acostumbran a ser grises y no hay un resultado bueno y uno malo. Más bien tenemos dos resultados con sendas consecuencias y alguna reflexión filosófica de alguno de nuestros aliados.

No estamos ante un juego ramificado y complejo con infinidad de finales, pero sí que hay cierto peso en las cinemáticas conversacionales según nuestras respuestas. Además, sí que tenemos varios finales y rejugabilidad. Asimismo, en Shin Megami Tensei V: Vengeance, un nuevo personaje y un nuevo final vienen acompañados de sorpresas y cambios drásticos en la trama. Así como más profundidad en el desarrollo de personajes.

Nada más empezar el juego, nos dan la opción de jugar directamente la ruta Vengeance o el juego original. Por lo que si venís del original de Switch, podéis estar tranquilos, porque no hace falta jugarlo dos veces para ver la nueva ruta. Esto es todo lo que voy a contar sobre la historia.

Caminante no hay camino, lo hace el Nahobino al andar

Shin Megami Tensei V está distribuido por mapas instanciados de un tamaño generoso. Esto nos crea comedidos mundos abiertos llenos de recovecos con tesoros y mejoras para nuestros personajes, además de encargos secundarios por doquier. Corriendo, saltando y usando raíles de magatsuhi, vamos desvelando cada escenario de forma bastante satisfactoria.

Explorar tiene recompensa. Cada mapa tiene mejoras importantes para el Nahobino que nos van haciendo más poderosos. Además de los demonios que captemos para nuestro equipo por el camino y toda la experiencia y nivel que acumulemos. Puedo decir sin miedo que explorar en Shin Megami Tensei V es divertido.

Si bien las primeras horas las vamos a pasar en el mismo mapa, más tarde volveremos a Tokyo y visitaremos más lugares con sus propios biomas.

Un combate duro, pero adictivo

Shin Megami Tensei tiene las mismas bases jugables que Persona. Si acertamos el punto débil de un enemigo ganamos un movimiento adicional y ocasionamos más daño. Pero con un giro de complejidad adicional y poco margen para los errores. Porque aquí no venimos de turismo, aquí venimos a sudar la gota gorda.

A parte del protagonista, el Nahobino, podemos sacar tres aliados más al campo. Cada combatiente tiene un movimiento por turno. Si acertamos un punto débil del enemigo, ganamos un movimiento adicional acumulable hasta cuatro. Estos significa que, por orden, los cuatro combatientes pueden llegar a atacar dos veces. No obstante… si golpeamos a un enemigo con un elemento contra el que es inmune, esquiva o absorbe, perderemos dos movimientos del contador.

Si hacemos números, fallando dos ataques seguidos al empezar, nuestro turno termina sin hacer nada y quedamos a merced del enemigo. Las mismas reglas aplican al enemigo, por lo que es importante disponer de demonios variados para intentar contrarrestar a los rivales y jefes que nos vayamos encontrando. En Shin Megami Tensei V es de vital importancia llevar las resistencias adecuadas para sobrevivir.

Un arsenal mitológico

El Nahobino es una divinidad, y como tal, puede crecer según sus propias reglas. Según hallamos esencias especiales por el escenario, o nos las dan los demonios con los que tratamos, podemos alterar la esencia del propio Nahobino. Es decir, si necesitamos bloquear el fuego para hacer frente a un jefe, basta con hallar una esencia que nos dé ese capacidad y sustituir la actual. No es que seamos todopoderosos y podamos acumular todas las resistencias, pero sí somos capaces de cambiar de esencia alterando nuestro ser.

Por otra parte, también disponemos de la misma capacidad para aprender habilidades de los demás. En este caso sí son acumulables, aunque el Nahobino tiene un límite (ampliable) de movimientos, por lo que tenemos que ir sustituyendo los que no necesitamos. Finalmente, cada vez que subimos de nivel, disponemos de un punto que asignar libremente a la estadística que queramos, además de la asignación de puntos automática. Hay bastante profundidad con todo este sistema, pero con esto os podéis hacer una idea.

En cuando a los aliados que captamos, estos también suben de nivel y pueden aprender nuevas esencias y habilidades de otros demonios. Aunque la asignación de puntos no es personalizable, por lo que cada uno tiene un arquetipo inamovible. Esto tiene peso en la construcción de la estrategia, puesto que hay que combinar adecuadamente los demonios.

Para ampliar nuestras huestes tenemos que negociar con los demonios, literalmente. Durante el combate, el Nahobino puede usar el comando «hablar». Esto inicia una conversación con respuestas múltiples. Si acertamos las preguntas, el demonio nos pide regalos, y si se los damos, se une a nosotros. Si, por el contrario, fallamos el diálogo, nuestro turno termina y los demonios nos atacan. Cabe decir que en el momento en que captamos a un demonio, el combate también termina.

Al igual que en Persona, combinando demonios conseguimos nuevos y más poderosos. El propio juego crea ciertos handicap para que vayamos fusionando los demonios. Si bien un aliado puede parecer poderoso, en algún momento toca techo y deja de aprender habilidades regularmente y sus estadísticas no son lo suficientemente buenas. Por lo que lo más óptimo es intentar fusionarlo, y si no encontramos una fusión que nos interese, descartarlo.

Un Megaten más accesible

Tras jugar ambas versiones, hay muchos cambios y mejoras de calidad de vida en Shin Megami Tensei V: Vengeance. A parte del claro lavado de cara en resolución y FPS, tenemos una serie de ajustes y cambios que hacen la experiencia más «asequible».

Desde el primer momento podemos escoger jugar en fácil, normal o difícil; sustituyendo los originales casual y normal. Además de que el modo difícil está disponible nada más empezar. El propio juego nos advierte de que solo se puede escoger difícil en ese punto, pero que si optamos por normal o fácil, se pueden intercambiar en cualquier momento.

A nivel de combates, he notado cierta reducción de exigencias. A grandes rasgos los enemigos son los mismos, pero no tan crueles como en 2021. Por otra parte, se ha añadido el factor social de Persona. Esto nos lleva a una zona segura en la que nuestros aliados pueden conversar, dar y recibir regalos y adquirir mejoras o habilidades adicionales según nuestro vínculo con ellos.

Esto también aplica al ente especial fusionado con nuestro protagonista. Y cada vez que la relación se estrecha, el Nahobino se fortalece, ganando tres puntos de estadística adicionales para mejorar al personaje. Parece que no, pero estas mejoras basadas en lo social, crean equipos más poderosos para afrontar el juego. Aunque quizás lo que más simplifica el juego, es poder guardar en cualquier momento.

Aesthetics

No puedo terminar este texto sin entrar al trapo con la parte audiovisual de Shin Megami Tensei V. Probablemente hay un factor de gustos personales importante. Sin embargo, muchos coincidiréis conmigo en que ATLUS, en general, tiene mucha mano diseñando personajes y escenarios.

Desde la(s) apariencia(s) del protagonista, a la reinterpretación de grandes dioses mitológicos de todo el mundo, el juego sabe poner un vibrante color a todo. Por otra parte, el cariño que tienen las animaciones de combate, sobre todo las del Nahobino; y las únicas de otros demonios, hacen que los enfrentamientos sean un espectáculo.

A nivel sonoro hay grandes composiciones para jefes. Tampoco se quedan atrás las tonadillas de combate normal, que se te graban a fuego en el cerebro, así como los sonidos de ambiente de los escenarios. Considero que es un juego muy absorbente tanto visual como sonoramente.

Conclusión

Shin Megami Tensei V: Vengeance es la versión definitiva. En esta nueva edición tenemos acceso, desde todas las plataformas, al juego original y a todos los nuevos añadidos. Además, con la nueva ruta Vengeance, es muy apetecible rejugar el título con cambios de ritmo y guión, además del contenido inédito. La parte negativa es la imposibilidad de importar nuestra partida del juego original. Si buscáis un RPG con monstruos coleccionables y debilidades, y Pokémon no os da el reto suficiente, aquí tenéis todo un desafío.

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