
Un comienzo es una etapa muy delicada. Como dijo Aristóteles, el comienzo es más de la mitad del total, pues el éxito de un proyecto depende en gran medida de las primeras impresiones; estas arrastran, y es muy difícil deshacerse de ellas, sean injustas o no. Por esa razón, cuando un estudio como Ocean Drive presenta su primer videojuego, no debe ser fácil destacar entre la enorme avalancha de RPGs que existen hoy día, en muchos casos acuartelados tras una costosa campaña de marketing, y al mismo tiempo, convencer al jugador de que su juego merece una oportunidad.
Pero aquí estamos nosotros. Hemos podido terminar Lost Eidolons después de casi 70 horas para traeros un análisis que haga justicia a este RPG táctico. Y os lo adelantamos: Lost Eidolons es un juegazo que debéis probar.

Como nos dijo Jungsgoo Lee en una entrevista que publicamos hace unas semanas, la intención de Ocean Drive no era diferenciar Lost Eidolons de otros RPGs tácticos por turnos, sino hacer un juego de rol de calidad añadiendo sus propias ideas, pero sobre una base muy sólida y de éxito probado como es Fire Emblem. El resultado es un juego de rol táctico cuya jugabilidad es sólida, divertida y ágil, y que al mismo tiempo presenta una historia sencilla y que se sigue con interés hasta el capítulo final. Todo ello adornado con un extenso trasfondo que da empaque y credibilidad a todas las aventuras de Eden y sus amigos de Lonetta.
Los aciertos de Lost Eidolons son muchos, y entre ellos destaca una historia bien escrita y que sabe narrar los acontecimientos con buen pulso, además de apoyarse en un repertorio de personajes que, con las horas, nos han resultado carismáticos en su mayoría.
Eden es un mercenario que, a diferencia de los tópicos del gremio, no es una persona avara que vende sus habilidades sin importar el cómo y a quién. Eden es una persona bondadosa que se ha ganado el cariño y el respeto de sus amigos y los aldeanos de Lonetta, llegando a trabajar gratis con tal de ayudar a alguien necesitado, pero que, debido a un inesperado giro, se ve envuelto en una campaña bélica a través del continente de Artemesia, asumiendo un rol en la historia cuya importancia aún no sospecha. Con unas sencillas y trabajadas cinemáticas, en poco tiempo ya estaremos combatiendo para liberar al reino de Benerio de la tiranía de su actual gobernante, inmersos en una trama rica en trasfondo y cuyos giros de guion, aunque predecibles en algunos casos, están colocados de manera inteligente en el largo arco de 27 capítulos.


Ocean Drive ha tenido la amabilidad de escribir un completo códice que recoge toda la información importante sobre Artemesia, sus reinos y sus gentes. Un gran caudal de información que podemos consultar en todo momento para zambullirnos tanto como queramos en su inmenso lore. Para nuestra sorpresa, las raíces de su historia son más profundas de lo que nos habíamos imaginado, y abarcan un enorme compendio que relata las costumbres, forma de vida y muchos otros detalles, así como información sobre cada uno de los personajes importantes del juego. Y lo cierto es que todo este trasfondo argumental está bien cohesionado y añade una interesantísima capa a su bien construido argumento.
Por supuesto, toda buena historia necesita de personajes que, escritos con acierto, constituyan el pilar central de toda trama. En Lost Eidolons encontramos un buen puñado de ellos. Ya os hemos hablado de Eden, protagonista de esta caballeresca historia; un mercenario bonachón, por momentos inocente e impulsivo, cuyo destino le depara grandes gestas. Hemos de decir que los guionistas de Ocean Drive han hecho un buen trabajo con Eden, puesto que su arco de desarrollo evoluciona lo suficiente, pasando de un mercenario a todo un comandante, asumiendo sus responsabilidades con gusto ante las nuevas cartas que la vida le ha deparado. Destaca con especial interés su cambio de paradigma interno, tratando de comprender una guerra a gran escala desde el punto de vista de un joven y torpe mercenario.
También son notables sus compañeros de aventuras: Robere, un estoico y férreo guerrero amante de la carpintería y la cocina; Francisco, el habitual fortachón al que le gusta la bronca, pero que luego es un cacho de pan; Robin, todo un Don Juan y experto arquero, que encuentra su talento oculto en la doma de caballos… Y un montón más. Lamentablemente, muchos de los personajes son víctimas de los tópicos del género y no desarrollan su arco argumental aceptablemente, pero Ocean Drive se ha esmerado porque todos ellos tengan suficientes líneas de diálogo para que ninguno destaque sobre el resto, dando lugar a un grupo heterogéneo que se hace notar por la complicidad que existe entre todos ellos. Es justo aquí donde el argumento expone sus intimidades, dotando al pequeño grupo de amigos de una camaradería que se extiende por toda la trama, y que nos permite ver a los mercenarios de Lonetta como una familia. Por supuesto, la mayoría nos ofrecerán consejos, misiones y e información personal a medida que les dediquemos tiempo.


Además de combatir (enseguida os explicaré qué tal funciona el sistema de combate), pasaremos mucho tiempo en el campamento interactuando con nuestros compañeros y realizando toda serie de encargos. Estas misiones, de naturaleza extremadamente simple y por momentos aburrida, nos permiten conocer mejor las inquietudes y problemas de nuestros amigos, además de mejorar nuestra relación con ellos con un sencillo medidor de amistad. Os sonará de algo, puesto que el sistema es muy similar a lo visto en Fire Emblem: Three Houses. Existe una limitación en la cantidad de veces que podemos interactuar con los compañeros invitándoles a comer, charlando o dándoles un regalo, que podrá aumentar si llevamos a cabo ciertas tareas dentro del campamento. Lo bonito de esto es la gran cantidad de pequeños relatos que nos cuentan los personajes, aunque, honestamente, no hemos visto ningún tipo de ventaja táctica al llevar la amistad de un personaje a máximo nivel. Hacer esto solo otorga líneas de dialogo adicionales que, de otra forma, estarían ocultas. Por supuesto, también podremos reclutar a varios personajes que decidan visitar nuestro campamento, que darán variedad estratégica al grupo que decidamos llevar a la batalla.

Nos gustaría destacar lo fácil que es moverse por este escenario con la opción de viaje rápido. Con esto no solo evitamos largas caminatas por el mismo mapa una y otra vez, sino que ahorramos una considerable cantidad de tiempo ya que siempre volveremos al campamento después de cada misión, y es fácil que las diferentes acciones a realizar se vuelvan repetitivas.
Y hablando de cosas que se repiten, nos ha chocado lo poco inspiradas que están las misiones de batallas opcionales, limitándose a enseñarnos los dos o tres mismos escenarios una y otra vez, con los mismos retos y la misma disposición de enemigos. Estas misiones, que podemos realizar siempre que estén disponibles en el campamento, son útiles para farmear experiencia y subir de nivel a nuestras tropas, pero al poco tiempo se vuelven tediosas debido a la excesiva repetición. Básicamente, son iguales desde el capítulo 1 hasta el 27. Podrían haberse aprovechado más, pero lamentablemente no ha sido así.


Por fortuna, Lost Eidolons brilla con fuerza en el combate. Es aquí donde Ocean Drive ha puesto todo su empeño en diseñar un RPG táctico de calidad, un ejercicio de inteligencia que presenta un reto en cada batalla. Este es el corazón del juego, y aprueba con nota.
Los que sois fans de Fire Emblem, enseguida notaréis el gran parecido que existe entre la saga de Nintendo y Lost Eidolons. De hecho, en la entrevista que hemos mencionado al principio del artículo, Jungsgoo Lee nos comentaba que Three Houses había sido la principal fuente de inspiración. Y lejos de ser una copia de FE, lo que ha conseguido el estudio es homenajear a la saga de Nintendo como pocos lo han hecho, siendo este el único acercamiento real a Fire Emblem que puede encontrarse actualmente en PC. No obstante, Ocean Drive ha incluido su propia visión en forma de pequeños añadidos aquí y allá, conformando un RPG táctico sólido, con buenas ideas propias y alguna que otra idea prestada pero aplicada de diferente manera. Puede servir como ejemplo el famoso triángulo de armas, que aquí se ha transformado en algo más coherente, pues ahora el hándicap de daño se aplicará si nuestro arma es eficaz contra la armadura que porte nuestro enemigo, siendo las hachas eficaces contra armaduras pesadas, las espadas contra las de cuero, y las lanzas contra las de tela. Lo interesante, es que podemos encontrar magos pertrechados tras una armadura de acero, mientras que podemos optar por otras configuraciones si así lo deseamos. Esto nos obliga a detenernos y observar en detalle el equipamiento enemigo antes de lanzar a nuestros soldados contra las líneas contrarias.


Existen un total de 22 clases diferentes, cada una con unos requisitos de acceso que se deben cumplir para desbloquear las clases superiores. Lo interesante aquí, es que ningún personaje está limitado a un determinado rol, sino que es posible dirigir a todos y cada uno de los personajes hacia la clase que más nos guste, o hacia aquella que pensemos que será útil para nuestra configuración táctica. Nos ha gustado que Ocean Drive haya dado tanta libertad a la hora de diseñar un grupo de choque a nuestro gusto, y aunque si bien no es útil ni práctico convertir a todos los personajes en magos, es una posibilidad que brinda el juego.
Una vez adquiramos experiencia con una clase en concreto, desbloquearemos habilidades que podremos conjugar con otras diferentes que hayamos desbloqueado con anterioridad en otra clase distinta. Esto da lugar a que dos Vanguardias tengan roles diferentes en la batalla, o que un Berserker sea un hábil tirador además de un formidable tanque cuerpo a cuerpo. Esta sinergia es uno de los aspectos mejor trabajados del programa, y nos ha encantado poder girar a cada personaje según la dirección que tome el combate. En nuestro caso, hemos podido utilizar una misma clase en combate cuerpo a cuerpo con una habilidad sumamente útil tomada de una de las clases a distancia, formando un personaje muy versátil. Claro, existe un número limitado de habilidades que podemos llevar equipadas a la batalla, y estará en nuestra mano elegir la mejor combinación para cada momento.

Entrando ya en batalla, Lost Eidolons propone un combate clásico por turnos sobre un escenario dividido en cuadrículas, donde en nuestro turno moveremos a nuestras unidades según su capacidad de movimiento. Es importantísimo vigilar tanto nuestra posición como la del enemigo, saber priorizar objetivos y saber cuándo defenderse o atacar. En este aspecto, Lost Eidolons presenta combates muy inteligentes cuyo reto está por encima de la media (de hecho, recientemente lanzaron un parche para bajar la dificultad de algunas misiones). Nosotros lo hemos jugado en difícil sin perma-muerte, y ha sido todo un dolor de cabeza romper la defensa del enemigo. Existe una opción que nos permite deshacer los turnos si hemos dado un mal paso, aunque tiene usos limitados, por lo tanto será imprescindible no lanzarse de cabeza si no queremos que nuestros personajes caigan como moscas.
Como ocurre en Fire Emblem, una línea roja indica el próximo objetivo del enemigo, y eso debería obligarnos a ser perspicaces y saber cómo posicionar nuestras unidades para minimizar el impacto en los puntos de salud. Para ayudarnos en nuestra tarea de devolver la paz a Benerio, podremos utilizar a personajes inactivos (esto es, lo que no están en el tablero) para que ayuden a nuestras unidades otorgando ciertos bonificadores al ataque y a la defensa. Nos ha gustado mucho esto, ya que es una manera útil de utilizar a personajes que no pisarán con asiduidad el campo de batalla, al tiempo que suben de nivel. Lo más importante, como en todo RPG de estrategia táctica por turnos, es saber cuándo y cómo defenderse, atacar y moverse. Elegir bien el momento de la acción, y posponer un ataque a favor de asegurar una buena posición, es la clave que sustenta el éxito en las batallas, pues la IA no se anda con chiquitas.

Lo mejor que podemos decir del sistema de combate es que es sencillo de entender, pero tiene suficiente profundidad para ser entretenido hasta el capítulo final. Nos ha gustado mucho, además, que se haya intentado crear un sistema de «causa-efecto» en el uso de la magia. Por ejemplo, podemos utilizar un hechizo de fuego para incendiar un bosque e impedir que el enemigo lo use de cobertura, lanzar un rayo sobre un enemigo mojado o, por qué no, utilizar un hechizo de agua sobre un bosque ardiendo para habilitar una zona de paso. Esto, aunque resulta muy llamativo, se ha quedado en un generoso intento de construir una capa más de profundidad, y nos ha parecido que podía haber tenido una implementación más significativa en los combates. Sí, los efectos de la magia sobre el escenario son útiles y os salvarán en más de una ocasión, pero nos habría gustado que Ocean Drive hubiera arriesgado más es este punto.


Ocurre lo mismo en los combates contra monstruos. La idea es muy buena; se trata de grandes bestias cuyos puntos débiles cambian en cada turno, y nos obliga a generar una estrategia orgánica que cambie según su posición. Pero estas batallas quedan relegadas a un plano de menor importancia y podrían haberse habilitado en más ocasiones, dando más variedad al conjunto.


Respecto al apartado gráfico, nos hemos llevado una de cal y otra de arena. Destacan los modelados de los personajes y otras criaturas. Como veis es las imágenes, estos tienen suficientes detalles para resultar llamativos, las cinemáticas se presentan con buen gusto y la calidad del terreno de juego es aceptable. No podemos decir lo mismo de las expresiones faciales y de ciertas animaciones que se nos antojan un poco robóticas. Esto es más notorio en el campamento, donde todo el conjunto gráfico da la apariencia de ser de cartón piedra. Además, ciertas texturas tienen un nivel muy bajo en comparación con otros elementos, y en ocasiones faltan efectos de luz y sombras. No queremos ponernos quisquillosos con este asunto, pero nos vemos en la obligación de señalar estas carencias, especialmente al tratarse de un título que, por el momento, es exclusivo de PC, y debería mostrarse un poco más elaborado. Por cierto, no hemos tenido bugs en nuestra partida y en todo momento el juego se ha ejecutado con soltura. Un 10 al trabajo de optimización.
Por otra parte, todo lo que tiene que ver con el diseño artístico roza un nivel de notable. El diseño de los personajes, en líneas generales, está muy logrado y tiene suficiente personalidad. Cada clase tiene su propio conjunto, a cada cual más llamativo. Cada personaje es perfectamente identificable tanto en el campamento como en el campo de batalla, debido a unos atuendos y armaduras cuyo buen diseño no pasa desapercibido. Todos los personajes se muestran sólidos y bien detallados, y el estilo centro-europeo le sienta como anillo al dedo. Destaca especialmente el diseño de los artworks que se utilizan para narrar las transiciones en la trama, muy profesional y de una calidad innegable. Algunos, incluso, quedarían muy bien como fondo de pantalla.


Lost Eidolons es el primer trabajo de Ocean Drive Studios, y sinceramente creemos que su buen hacer destaca por encima de la media. Si su primer proyecto tiene esta calidad, no podemos imaginar una secuela aún más ambiciosa. Lost Eidolons nos ha gustado mucho de principio a fin. No es una obra maestra, no va a pasar a la historia, pero ese no es su objetivo. En cambio, Lost Eidolons es un gran RPG táctico que sabe cómo hacer las cosas. Tiene sus carencias, por supuesto, pero creemos que todo lo que ofrece lo hace suficientemente bien como para que todos los amantes del género le den una oportunidad. Por cierto, no solemos comentarlo en los análisis, pero el juego se ha puesto a la venta por 34’99€ en Steam y Epic Store, un precio más que razonable para el buen puñado de horas que ofrece.
Un comienzo es una etapa muy delicada. Ocean Drive es un equipo con talento que ha hecho una gran inversión en diseñar Lost Eidolons, con el riesgo que supone ser los nuevos y entrar en el competitivo mundo del videojuego. Deseamos de corazón que este análisis te haya servido para darle una oportunidad al juego, no te defraudará. Si eres fan de los RPG de estrategia táctica por turnos, se trata de una pequeña joya que debería estar en tu colección.