Esta última semana he podido quitarme una espinita que tenía clavada desde 2005. Pues ese año Baten Kaitos: Eternal Wings and the Lost Ocean llegó a Europa para Nintendo GameCube. Un título que por giros de la vida no pude jugar nunca y que, con los años, se fue volviendo cada vez más difícil, y caro, de adquirir. Este juego fue una de las propuestas más experimentales de la ahora reconocida empresa creadora de Xenoblade, Monolith Soft y Tri-Cescendo.
Por suerte, en pleno 2023, desde Nintendo y Bandai Namco, nos ha llegado el remaster HD; en forma de colección de Baten Kaitos y Baten Kaitos II para Nintendo Switch. Aunque es una colección, en este texto voy a hablar solo del primer título. Porque considero que todo juego se merece un análisis independiente y porque me apetece hablar concretamente del primero.
Siempre en las nubes
Baten Kaitos nos presenta un mundo en las nubes. Una suerte de islas que levitan sobre un mar de nubes tóxicas. Los habitantes de estas tierras presentan alas, aunque no todos. Estas alas les permiten volar cual pájaro, pero no tienen la capacidad de ir de una isla a otra. Pero tranquilos, hay otros medios de transporte para moverse por las diferentes áreas flotantes.
Como buen juego de los 00’, presenta decisiones de diseño que prácticamente son vintage ya. Si bien ya se coqueataba con el 3D para los mapeados por aquel entonces, este juego se lanzó originalmente en Japón allá por 2003, por lo que tiene ciertos detalles de la quinta generación. Todos los escenarios combinan elementos 3D con preciosistas fondos prerrenderizados. Excepto las mazmorras y el interior de los edificios, que juegan totalmente con el 3D, el resto de paisajes son cuadros con elementos 3D en movimiento llenos de detalles evocadores pero bucólicos.
Un viaje inesperado
Baten Kaitos nos trae una historia con muchos personajes que se van uniendo a nuestro grupo. No obstante, lo que destaca desde el primer momento es que nosotros, como jugador, tenemos un personaje propio en la aventura. Let me cook… Al empezar el juego nos ponen a los mandos de Kalas, un joven con una sola ala que lleva una prótesis mecánica para sustituir la que le falta. Tras un incidente en un bosque, Kalas despierta en un pueblo cercano tras su rescate de mano de los lugareños. Pero no está solo, un ente invisible; un espíritu, le acompaña. Este personaje incorpóreo nos lo ceden a nosotros para que decidamos su nombre. Si bien no es jugable al uso, durante las conversaciones y en algunos momentos, Kalas nos pide consejo o incluso respondemos por él.
Nuestras respuestas permiten marcar nuestra personalidad, aunque al final se limita en ser majo o no. Este detalle me ha parecido una forma interesante de romper la cuarta pared. Bueno, más que romper la cuarta pared, una forma de convertirnos en esa cuarta pared y, por ende, en parte de la trama de una forma más directa. Por otra parte, cada personaje presenta su historia personal que se entrelaza con la global. Así como personalidades muy marcadas creando un grupo muy heterogéneo; con pequeñas subtramas que se perfilan en algunas misiones secundarias.
En cuanto a la trama, poco se puede decir sin entrar en spoiler. Pero a grandes rasgos, hay unos magnus prohibidos que pueden llegar a desencadenar el fin del mundo y deberemos tratar de impedirlo. Aunque pueda parecer una premisa bastante plana, la campaña ofrece giros de guión y momentos inesperados que generan un interés creciente en el desarrollo de los acontecimientos. Todo esto aderezado con una buena colección de ciudades y mazmorras temáticamente muy diferenciadas. Asimismo, algunas mazmorras ofrecen mecánicas únicas para resolver los puzles.
Coloco esta carta en defensa y termino mi turno
Al igual que otros experimentos de Nintendo, por aquel entonces las cartas parecían ser el siguiente paso evolutivo en el RPG. Por lo que Baten Kaitos nos ofrece las clásicas batallas por turnos, pero con un as bajo el ala.
Cada personaje tiene un mazo configurable. Las diferentes cartas, o magnus, se presentan como objetos de la vida cotidiana o hechizos, entre otras cosas. De esta forma, cada personaje puede usar diferentes magnus para el combate según su estilo. Según avanzamos por la campaña podemos adquirir mejores magnus al derrotar a monstruos, escondidos por el escenario o en venta en las tiendas. Asimismo, podemos jugar varios magnus en el mismo turno para generar combos con remates finales si se nos alinean los astros en la mano que saquemos.

En el turno enemigo tenemos la opción de jugar magnus defensivos para anular o minimizar el daño rival. No obstante, esta misma opción la tienen también los enemigos durante nuestro turno de ataque. A parte de lo comentado, también hay magnus de apoyo, de curación y de estados alterados. Hay muchos mazos posibles y el juego da pie a la experimentación. Sin embargo, como en todo juego de cartas, el factor aleatorio pesa bastante, y si no sacamos los magnus adecuados, el combate se puede complicar mucho.

Estos naipes son el día a día de los habitantes del mundo. Con magnus vacíos también es posible guardar la esencia de lo que encontramos por el camino, como: fuego, hielo, objetos enteros o animales. Esto los convierte en herramientas para completar misiones secundarias o superar los puzles de las mazmorras.
Experimentar como clave del éxito
La subida de nivel también tiene mucho de experimental. Al derrotar monstruos acumulamos experiencia. Esta se puede usar para subir uno o varios niveles. No obstante, esto solo se puede hacer en las flores azules; flores de tamaño persona donde podemos guardar la partida o viajar al santuario para usar los puntos de experiencia. A todo esto se le suma un multiplicador que da mejores aumentos de estadísticas si subimos varios niveles de una vez.

Con un límite de 10 niveles de golpe, notamos una mejora palpable sobre subir de uno en uno. Además, a parte de los niveles al uso, también podemos mejorar la clase de los personajes si hallamos los objetos adecuados. Estas subidas de clase amplían la cantidad de magnus en el mazo, en la mano, etc. Esta idea de experiencia acumulada os puede sonar del posterior Xenoblade Chronicles. Asimismo, podemos encontrar, o comprar, equipamiento para mejorar las estadísticas de los personajes. Aunque se limita a un solo complemento por personaje.
Un remaster muy adaptable
Los rpg clásicos que han vuelto en forma de remaster han venido, casi, siempre con mejoras de calidad de vida. Algunas directas u otras configurables. En lo que a Baten Kaitos refiere, tenemos un menú de modificadores con opciones similares a los remaster de FFIX y FFVII. De esta forma, es posible desactivar los combates, activar KO de un golpe, acelerar el juego o poner el combate en automático, entre otras posibilidades.
Teniendo este menú al alcance de un botón, la partida se vuelve muy configurable. Si deseamos jugar la experiencia original, basta con no abrir los modificadores. Por otra parte, si no tenemos las 50 horas que indica How Long To Beat, es posible agilizar la experiencia todo lo que queramos. La decisión ya recae en las necesidades o preferencias de cada jugador/a.

Otro detalle interesante del título es lo que sucede una vez acabamos la campaña. El juego nos permite empezar una nueva partida+ o partida-. En el caso común de la partida+ empezamos con todos los magnus, nivel y objetos encontrados (con excepciones), mientras que la partida- bloquea la subida de nivel entre otras desventajas. Sin duda, es una curiosa forma de darle una segunda vuelta al juego.
Cuidado que se te ve el plumero
No existe ninguna obra perfecta. Baten Kaitos vuelve con algunos recortes en esta colección remaster. Las voces en inglés se han eliminado del juego, dejando el japonés como único idioma de doblaje. En cuanto a los textos, el castellano solo está disponible en el primero, dejando los textos en inglés para el segundo. Aunque la secuela tampoco disponía de castellano en su estreno original (no llegó a salir en Europa). Curiosa decisión la del idioma, dado que la cinemática de introducción está doblada al inglés.
El lavado de cara del juego cumple, pero no va más allá de un remaster estándar de resolución y texturas. Considero que es una oportunidad perdida de traer de vuelta una saga que nunca tuvo su tercera entrega.
Conclusión
Baten Kaitos es un juego que cualquier fan del RPG clásico puede disfrutar. La narrativa y los enfrentamientos contra jefes tiene un buen sabor a antaño. A todo esto lo acompaña una puesta en escena preciosista y una banda sonora digna del género. Si bien, en lo personal, echo de menos el doblaje inglés, no es algo que afecte a la experiencia global del título.






