Análisis Redemption Reapers – Descafeinado, por favor.

Los que somos cafeteros sabemos disfrutar de un buen café sorbo a sorbo, degustando cada nota de sabor, sin prisas. Desde el origen de su consumo, el café se ha preparado de formas diferentes, existiendo hoy una gran variedad de tipos que podemos tomar: café arábiga, café robusta y un montón de combinaciones diferentes. Sinceramente, creo que no hay nada mejor que saborear una buena taza de café por la mañana para despertar las neuronas.

Claro, también está el café descafeinado, ese «agua con sabor» como lo llaman algunos, ese que tomas a media tarde con unas pastitas. Tiene muchos detractores, es cierto, pero también es una buena alternativa para sustituir el café puro… si no hay otra cosa que tomar, o si el médico nos aconseja disminuir la dosis de cafeína.

Pues bien, Redemption Reapers es como el café descafeinado. Conserva «algo» del sabor de un buen café, pero no deja de ser como esa taza que tomamos por la tarde. En otras palabras, si eres fan de los RPG tácticos por turnos – el café -, podrás disfrutar de lo que propone, pero le han extraído gran parte de su sabor táctico.

Redemption Reapers es obra de los creadores de Ender Lilies, Adglobe, que dejan atrás el género «metroidvania» para sumergirse en los mecanismos de los RPG tácticos. Lo cierto es que no lo han hecho mal; Redemption Reapers es un SRPG atractivo de ver, con una ambientación oscura que llamará la atención de muchos y un sistema jugable sólido. No obstante, tiene algunas aristas demasiado afiladas que le impiden llegar más alto.

El nuevo proyecto de Adglobe se ambienta en un mundo de fantasía oscura medieval en el que acompañamos a la brigada de los Halcones Grises, un grupo de mercenarios que han dejado su oficio para combatir a los Mort, los monstruos de ocasión. De esta forma, tomaremos control de los cinco protagonistas de esta brigada para cambiar el curso de la guerra.

Estos cinco personajes se diferencian mucho entre sí, pues tenemos al clásico comandante serio y disciplinado, la pícara fría y calculadora así como al graciosete de turno. Hasta aquí nada mal, ya que el ambiente oscuro y los clichés de personajes no es nada que no hayamos visto en otros títulos, incluso algunos más famosos; el problema viene cuando Redemption Reapers quiere contarnos su historia utilizando unas pobres dotes narrativas. Ningún personaje tiene un arco argumental elaborado y rápidamente podemos perder el interés en sus diálogos. Tampoco ayudan las cinemáticas, que no atinan a representar el drama de la guerra debido a una escueta ejecución fílmica. Lamentablemente, los tintes de fantasía oscura se diluyen porque el propio juego tropieza consigo mismo, con un guión y unos personajes genéricos que no terminan de proyectarse ni siquiera avanzado el juego. Mención especial a los Mort, cuya apariencia «del montón» es semejante a los orcos de cualquier película.

Por supuesto, no todo son malas noticias. Redemption Reapers hace algunas cosas bien que deben señalarse. Para empezar, se nota el esfuerzo de Adglobe por construir unas mecánicas de combate simples pero eficaces. Aquí es donde el juego brilla más, con un sistema jugable sólido que, aún con altibajos, sabe cómo entretener.

Si echas un vistazo a las capturas de pantalla, podrás percibir el parecido que tiene Redemption Reapers con otros SRPG como Fire Emblem. El parecido no es casual, ya que el trabajo de Adglobe se inspira claramente en el de la Gran N. En combate, debemos dar órdenes a nuestra brigada utilizando sabiamente los puntos de acción de cada personaje y tratando de situar a nuestras unidades en una posición de ventaja respecto al enemigo. Aquí, de nuevo, la posición es especialmente importante, ya que nuestras unidades son capaces de atacar a un enemigo adyacente cuando son golpeadas por uno de sus compañeros. Esto hace que situar a nuestros personajes se convierta en el pivote central de nuestra estrategia, ya que si lo hacemos bien podemos barrer a varios enemigos en un solo turno. Esto es posible porque cada personaje tiene su propio esquema jugable, con habilidades únicas que podemos ir desbloqueando con el tiempo y que se complementan muy bien con las habilidades de los otros personajes. La evolución jugable de cada protagonista es uno de los aspectos mejor trabajados del juego.

Cada personaje tiene en su inventario una pequeña botellita que podemos usar para curarnos una única vez, y que solo podemos reponer en combate utilizando unas casillas especiales que se reparten en el mapa – al finalizar el combate se reponen automáticamente -. Esto juega un papel importante de cara a la estrategia a medio y largo plazo, ya que no suele haber más de dos de estas casillas reponedoras. Esto requiere de nosotros mucha prudencia al exponer a nuestras unidades delante del enemigo, así como para elegir a quien de ellos repondremos su «frasco de estus«, pues los mapas del juego suelen tener un tamaño considerable y están llenos de peligros.

Los mapas, como decía, son lo suficientemente grandes para albergar un buen número de enemigos, y siempre estaremos en una considerable inferioridad numérica. Aunque a veces puede parecer que se nos envía directamente a la muerte, lo cierto es que es relativamente fácil salir airoso de la mayoría de situaciones que nos propone el juego. Esto se debe a que la propia IA no arriesga nada más allá de los sencillos parámetros para los que ha sido programada. Las unidades enemigas no se moverán de su lugar – la mayoría de las veces – a no ser que pisemos una casilla en su rango de acción. Esto supone dos problemas: por un lado, es muy fácil atraer a los enemigos de uno en uno – o de poco en poco -, y despacharlos rápidamente. Por otro lado, esto impide que desarrollemos una estrategia orgánica y creativa, ya que todo el sistema jugable parece estar pensado para jugarse de una única manera; la manera que el desarrollador quiere. Personalmente, me ha resultado más fácil de lo que me gustaría acabar con los enemigos e incluso con algunos minijefes, arriesgando poco y, al mismo tiempo, provocando cantidades masivas de daño mientras controlaba el movimiento de las unidades contrarias. Esto, en un RPG táctico, es uno de los errores garrafales más grandes que se pueden cometer. No me malinterpretes, sus mecánicas tácticas son divertidas, pero su dificultad resulta tan artificial que fuerza al jugador a ser pasivo con su estrategia. Estoy convencido de que algunos verán en Redemption Reapers una dificultad infernal porque, la verdad sea dicha, un error de cálculo puede reventarte por completo una de tus unidades. Por suerte, los personajes caídos en combate estarán disponibles al finalizar la partida.

El juego sigue un patrón, y una vez aprendido la dificultad disminuye, pero si no dais con la tecla tal vez el juego os pida una dosis de paciencia que no tengáis. Además, no existe selector de dificultad – salvo una vez terminado el juego que se desbloquea el nivel difícil -, por lo tanto hay que conformarse con el reto propuesto. La dificultad, entonces, estriba en que los enemigos hacen más daño según avanzamos en la trama, aunque estos seguirán usando los mismos patrones de comportamiento. En cambio, me ha gustado mucho que, una vez terminado el combate y según cómo hayamos jugado, el juego nos recompensa con un plus de puntos de experiencia conjunta que podremos repartir entre los cinco protagonistas, aparte de la experiencia individual que cada uno gana en batalla.

Para añadir una capa extra de dificultad, Adglobe ha decidido que las armas se desgasten con el uso en batalla. Esto podría haber sido una buena idea, obligándonos a revisar el equipo continuamente, pero puede transformarse en un dolor de muelas. La cuestión es que reparar las armas cuesta mucho oro, y este escasea. Cuando pasaban las horas de juego e iba adquiriendo más y mejores armas, tuve que detenerme a pensar en cómo dar un uso correcto a mis recursos. La idea es buena, pero la escasez de oro me ha complicado innecesariamente la partida, porque al final se trata de decidir si reparar las armas usadas menos potentes o mejorar las nuevas. Por este motivo, es imprescindible perder algún turno en combate para buscar los cofres repartidos por el mapa, donde encontraremos equipo nuevo.

Existe la posibilidad de volver a jugar niveles que hayamos completado anteriormente a modo de escaramuzas, y esto me ha gustado mucho porque es una forma excelente de subir algún nivel extra de cara a futuras batallas. En contrapartida, en estas escaramuzas no tendremos la posibilidad de obtener nuevo equipo, ni experiencia compartida, ni oro… Por lo tanto habrá que decidir si subir de nivel a costa de desgastar nuestras valiosas armas. Como he dicho, es como si el juego quisiera meterse un palo entre las ruedas a sí mismo.

Respecto al apartado gráfico, Redemption Reapers es un juego resultón que llama la atención por su diseño tétrico y oscuro. Los escenarios, aunque no son puzzles tácticos complejos, están bien diseñados y cuentan con una texturización adecuada. Los personajes, por su parte, también están bien construidos y las animaciones en batalla son correctas, no así en las cinemáticas, cuyas animaciones se antojan más robóticas y antinaturales especialmente en las animaciones faciales. Me ha sorprendido, y no para bien, que el juego en PC no cuenta con ningún tipo de ajuste gráfico que podamos tocar para optimizar la experiencia. Aún así, he podido jugarlo con soltura.

Por otra parte, me ha encantado la banda sonora, que cobra protagonismo en cada batalla con notas muy épicas. Y también la calidad del doblaje – en inglés – está por encima de la media con actuaciones de voz de calidad.

Redemption Reapers es un RPG táctico por turnos que pretende ser más de lo que es. Es un buen juego, pero por el mismo precio existen alternativas que ofrecen mucho más. Su peor baza es ser un juego anodino, genérico, a pesar de querer disfrazarse utilizando mecánicas más conocidas en otros SRPG así como un aspecto gráfico sombrío y atractivo. Su jugabilidad es divertida y sólida, aunque es complicado salirse de las pautas que marca el juego y no da mucho pie a ser creativos en nuestra estrategia. No obstante, en las 20-25h que dura el título, me he divertido con él. La banda sonora es muy buena y ayuda a enfocarnos en la batalla, el reto táctico, si eres permisivo y pasas por el aro que Adglobe pone enfrente de ti, puede darte grandes dosis de diversión.

Redemption Reapers es, en resumen, un café descafeinado. Los amantes de los RPG tácticos por turnos – ese delicioso café puro – no encontrarán muchos motivos para dedicarle más horas de las debidas, pero aquellos que quieran iniciarse en el género, así como aquellos a los que les gusta una tacita de buen descafeinado por la tarde, encontrarán en en este juego un momento delicioso.

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