
Lunar: The Silver Star y Lunar: Eternal Blue no son simplemente videojuegos: son auténticas leyendas del JRPG que brillaron con fuerza propia en la década de los 90 y que, con el paso del tiempo, se han convertido en obras de culto dentro del género. Nacidos del talento del estudio japonés Game Arts, ambos títulos destacaron por ofrecer mucho más que combates por turnos y mundos de fantasía. Lo que realmente los hacía únicos era su alma cinematográfica: secuencias animadas al más puro estilo anime, una emotiva banda sonora a cargo del célebre Noriyuki Iwadare y un sorprendente trabajo de doblaje que, para la época, resultaba toda una rareza.
A lo largo de los años, los fans han podido disfrutar de distintas versiones, como Lunar: Silver Star Story Complete y Lunar: Eternal Blue Complete en la primera PlayStation, pero nunca antes se había reunido esta inolvidable aventura en un solo paquete… hasta ahora. Lunar Collection Remastered supone el esperado regreso de estos dos clásicos, remasterizados con mimo, gráficos actualizados y mejoras pensadas tanto para los jugadores nostálgicos como para quienes descubren la saga por primera vez.
Este relanzamiento soñado vio la luz el 18 de abril de 2025 (por GungHo) y está disponible en formato físico y digital para Steam, PlayStation 4, Nintendo Switch y Xbox. Aunque el idioma principal sigue siendo el japonés, los jugadores podrán disfrutar de subtítulos en inglés, aunque lamentablemente la colección no cuenta con traducción al español.
Historia
La historia de Lunar: The Silver Star nos transporta a un mundo gobernado por la magia y la leyenda, donde los dragones, los dioses y los héroes conviven en los relatos que alimentan la imaginación de los más jóvenes. En ese contexto conocemos a Alex, un muchacho de corazón puro que sueña con emular a su ídolo de la infancia: Dyne, uno de los legendarios Dragonmasters que son los protectores del mundo de Lunar. Lo que comienza como una simple excursión junto a su amiga de la infancia Luna y su compañero alado Nall, pronto se transforma en una misión de proporciones épicas. A medida que recorre el mundo, Alex irá encontrando personajes entrañables, enfrentándose a amenazas que desafían el equilibrio de la tierra y desvelando secretos que han estado enterrados durante siglos y que le harán replantearse quiénes son realmente él y sus amigos.

Lunar: Eternal Blue, por su parte, tiene lugar mil años después, en una era donde la paz se mantiene pero las cicatrices del pasado aún se sienten. El protagonista esta vez es Hiro, un joven aventurero con un espíritu curioso y valiente que vive con su abuelo en una zona remota del mundo. Un día, tras una expedición a unas ruinas antiguas, Hiro presencia la caída de una misteriosa chica llamada Lucia que llega desde la lejana estrella azul con una misión urgente: proteger el mundo de una amenaza que aún no ha despertado del todo.
A diferencia del tono más inocente del primer juego, Eternal Blue ofrece una historia más madura y dramática. Se profundiza en el concepto de sacrificio, en la lucha entre el deber y los sentimientos y en la conexión entre seres destinados a encontrarse más allá del tiempo y el espacio.
Aunque a primera vista parezcan historias totalmente distintas, los dos juegos comparten el mismo universo. Lo que ocurre en uno deja huella en el otro y gracias a eso, la saga Lunar engancha aún más porque mientras juegas vas descubriendo detalles que conectan ambas aventuras, temas que se repiten y un mundo que se siente vivo y bien construido.
Jugabilidad
En cuanto a la jugabilidad, Lunar Collection Remastered mantiene la esencia clásica de los JRPG de los 90, con un sistema que mezcla sencillez y estrategia de forma muy efectiva. El sistema de combate es por turnos (con 4 personajes en el 1 y 5 en el segundo) pero añade un pequeño giro: los personajes y enemigos se mueven por un pequeño escenario táctico durante la batalla. Esto significa que el posicionamiento tiene cierto peso, ya que algunos ataques afectan a zonas concretas o requieren estar cerca del enemigo. A pesar de que no es un sistema tan profundo como el de un RPG táctico, le da un toque dinámico a los enfrentamientos que en la mayoría de ocasiones suelen ser difíciles. La parte positiva es que se ha añadido cámara rápida y modo automático en todos los combates y que, en ocasiones, suele ser bastante interesante porque podemos seleccionar si queremos que los personajes usen todas las habilidades, usen simplemente ataques básicos o se defiendan, desde el menú.

En cuanto al menú del juego, es bastante tradicional: cada personaje puede llevar ciertos objetos y equipamiento, como armas, armaduras y accesorios y hay una gestión básica de ítems curativos y objetos clave para avanzar en la historia. Hemos echado en falta un poco de optimización del menú respecto al original ya que puede llegar a ser un poco complicado descubrir cómo equipar las armas ya que para poder hacerlo tendremos que ir al propio inventario del personaje. Además los personajes van consiguiendo habilidades según van subiendo de nivel, sin necesidad de tener árbol de habilidades complejos como el resto de JRGP de la época pero limitándote ya que cada uno tendrá una clase establecida que no se puede modificar. Lo bueno es que podremos guardar en cualquier momento de la historia sin necesidad de puntos de guardado como se nos venía ofreciendo en los JRPG de antaño. Podremos guardar incluso en mazmorras sin necesidad de tener que ir al mapamundi.
Las mazmorras están bien diseñadas para su época: no son excesivamente largas, pero sí lo bastante variadas como para mantener el interés. Incluyen puzles sencillos, caminos ramificados, enemigos aleatorios y, por supuesto, un jefe final esperándote al final de cada una. De hecho nos quedamos un buen rato sin saber qué hacer en la primera mazmorra de Lunar: The Silver Star ya que el juego no da ninguna pista. En la segunda entrega no nos pilló tan de nuevas e incluso pudimos disfrutar de unas cuantas mazmorras opcionales.
Por otro lado, los pueblos juegan un papel muy importante. No solo sirven para comprar y mejorar equipo o descansar, sino que están llenos de NPCs con diálogos únicos que a menudo aportan contexto, humor o incluso pistas sobre lo que viene después. Hablar con todos en cada zona se siente como parte de la experiencia, ya que el juego pone mucho mimo en sus personajes secundarios y en crear una sensación de mundo vivo. Aunque no existen misiones secundarias en el juego como tal, lo cierto es que ciertos NPC nos activarán eventos para conseguir «Bromides» que son el coleccionable del juego y nos permiten disfrutar de artworks de los personajes.


A su vez tendremos cofres especiales que solo podremos abrir cuando hayamos conseguido un objeto específico del juego. Esto hará que tengamos que volver a las zonas de nuevo y revisitar el mundo pero sin tener la presión de luchar contra enemigos ya que estos no aparecen en el mapamundi.
Finalmente destacar que ambos juegos no tienen minijuegos complejos ni mecánicas adicionales, pero sí existen algunas decisiones menores que pueden influir en pequeñas escenas de la trama. Por ejemplo, en Lunar: Eternal Blue, en ciertos momentos puedes elegir cómo responder en conversaciones y hacer que los personajes actúen de manera diferente. Además tendremos contenido post-game en ambos juegos para alargar un poco más las horas de diversión. En Lunar: The Silver Star, tendremos la zona de dragones y en Lunar: Eternal Blue tendremos mazmorras opcionales, un jefe increíblemente fuerte y ciertos eventos opcionales para que el jugador siga explorando por el mundo.
Apartado técnico
Uno de los cambios más notorios en esta remasterización son los gráficos. Aunque Lunar: The Silver Star y Lunar: Eternal Blue fueron juegos de 16 bits con gráficos de estilo clásico, la remasterización ha mejorado notablemente la resolución y la calidad visual de los sprites, los fondos y los entornos. Los personajes y las animaciones han sido suavizados para que se vean más nítidos y detallados, pero sin perder su estilo artístico retro que tanto caracteriza a la saga. Las escenas animadas, que fueron una de las grandes innovaciones de los juegos originales, se mantienen en su formato clásico pero con un tratamiento mejorado que optimiza la calidad de imagen para las pantallas modernas.
El mundo sigue teniendo ese toque de fantasía y magia que los hizo destacar en su época, pero los efectos de iluminación y las sombras han sido mejoradas para crear una atmósfera más inmersiva. En general, la remasterización respeta el arte original mientras lo adapta de manera inteligente a las expectativas actuales.
Respecto al rendimiento es sólido. Se ha optimizado para garantizar que los tiempos de carga sean mínimos y que los jugadores disfruten de una experiencia libre de caídas de fotogramas o problemas técnicos.

Apartado sonoro
Uno de los mayores atractivos de la saga Lunar es su banda sonora, compuesta por Noriyuki Iwadare, y este aspecto se ha mantenido intacto y remasterizado para la nueva edición. La música sigue siendo tan épica y emotiva como en los juegos originales, con composiciones que siguen siendo de las mejores en el género JRPG. La remasterización ofrece una nueva mezcla que mejora la calidad del sonido, dándole más claridad y profundidad, lo que mejora enormemente la experiencia de juego.
El doblaje también es otro aspecto importante. Los juegos originales contaban con voces para los personajes, lo cual era bastante innovador para la época, y en la remasterización, el doblaje se mantiene en su idioma original, con subtítulos en inglés. La calidad de las voces ha sido optimizada, manteniendo el mismo encanto pero con una claridad mejorada para las plataformas modernas.
Duración
La duración de la historia principal de Lunar: The Silver Star puede oscilar entre 20 y 30 horas si sigues el camino principal pero si haces el contenido post- game puede llegar a ser de 35 horas. En cambio en Lunar: Eternal Blue, la historia principal dura entre 30 y 40 horas y el contenido secundario puede hacer que se alargue hasta las 50 horas.
Conclusión
Lunar Collection Remastered ofrece a los jugadores una oportunidad única de revivir dos clásicos del género JRPG, Lunar: The Silver Star y Lunar: Eternal Blue, con una remasterización que respeta su legado y, al mismo tiempo, mejora su presentación para las generaciones actuales. Ambos títulos no solo son ejemplos sobresalientes de la narrativa y diseño de videojuegos de los años 90, sino que también han demostrado ser joyas atemporales en el mundo de los RPGs. Con su narrativa emocionalmente resonante, su jugabilidad clásica pero accesible y sus mejoras técnicas, sigue siendo una experiencia que todo amante del género debería experimentar si tiene la oportunidad y tiene un buen dominio del inglés.
Lo mejor
- Historia simple pero emocionante y profunda.
- Personajes carismáticos que te harán sacar más de una sonrisa.
- Contenido post-game para los amantes de los juegos con mucho contenido.
- Novedades muy positivas como la cámara rápida en los combates y el modo automático.
- Música inolvidable.
- Fiel a los JRPG clásicos con mazmorras divertidas y que ofrecen dificultad.
Lo peor:
- Echamos en falta la traducción al español.
- Ritmo desigual a la hora de combatir ya que hay jefes finales muy difíciles sobre todo al inicio del juego.
- Menú algo confuso y con pocas posibilidades de personalización.

