¡Ya hemos jugado a Final Fantasy VII: Rebirth!

Así es, amigos. Hace algo más de una semana, recibimos un correo que cambió nuestra planificación al completo de repente. Y como para no. Gracias a Plaion, teníamos la oportunidad de jugar con acceso anticipado al juego que más esperábamos de estos últimos años. Y os aseguramos que lo hemos aprovechado al máximo. Casi 30 horas de juego en las que hemos vivido y sentido muchas emociones que esperamos poder transmitir en estas palabras, y eso que aún parece que nos faltan muchas horas de disfrute por delante. ¡Estas son nuestras primeras impresiones de la continuación del remake más ambicioso de la historia!

Si ya habéis jugado a la demo, no creáis ni por un segundo que el juego no os va a sorprender desde el minuto 1. Aunque sea el inicio, no podemos entrar en mucho más detalle si no queremos fastidiaros la experiencia. De hecho, no queremos entrar en nada a nivel argumental para no fastidiar ni el más mínimo detalle, así que vamos directamente a la parte jugable. En esta segunda parte del regreso de Final Fantasy VII, la novedad principal respecto a Remake es que los capítulos van a alternar espacios algo más cerrados o lineales con otros de mundo abierto. La recreación del famoso mapamundi del juego original es prácticamente perfecta. En nuestra primera impresión cuando salimos a él se nos saltaron algunas lagrimillas. Esa música, esas vistas, verlo todo ahora tan bonito y con gráficos actuales...Han sabido trasladar el concepto de una forma maravillosa, añadiendo todo tipo de contenidos para hacerlo menos repetitivo (en el original era «todo verde» al fin y al cabo no quedaría igual de bonito hoy en día). Es un mundo abierto que no se hace pesado de explorar, en el que no tienes la sensación de estar simplemente andando. Precisamente para aprovechar este mapeado y darle más profundidad, se han añadido un buen montón de misiones secundarias, tareas varias para motivar al jugador a explorar cada rincón, a no perderte absolutamente nada.

Y el principal «culpable» de ésto es el bueno de Chadley. Esta vez irá mucho más allá que en el juego anterior y nos pedirá todo tipo de tareas para recopilar datos de las diferentes regiones del mundo. Entre ellas, no faltarán las batidas de caza; peleas con requisitos especiales ante enemigos poco comunes, la búsqueda de fuentes vitales; que guardan conocimiento muy valioso y que servirá para ampliar el maravilloso lore de Final Fantasy VII, excavaciones, la búsqueda de las llamadas protomaterias, y varias cosas más. Como recompensa por estas pequeñas aventuras, iremos obteniendo puntos que después se pueden canjear por interesantes materias. Y a medida que realicemos diversas cazas y tareas, iremos desbloqueando nuevos desafíos en el simulador de combates, un viejo conocido para los que jugamos la primera parte.

Pero hay mucho más, en las ciudades dispondremos del típico panel de anuncios en el que podremos aceptar distintas misiones secundarias que también nos harán seguir disfrutando de todo lo que ofrece el mapeado de las regiones. No hace falta decir que para ayudarnos a ir de una punta a otra dispondremos desde muy pronto de nuestros amigos los chocobos que, además, serán distintos en cada región para que la exploración no se termine haciendo repetitiva, aportando algo nuevo a cada sitio que visitamos. También dispondremos del viaje rápido entre puntos que ya hemos visitado, e incluso se podrá viajar entre las diferentes regiones la mayor parte del tiempo. En definitiva, no se hace nada pesada la exploración, y os lo dice alguien al que le terminan cansando mucho los mapeados enorme de mundo abierto.

Al final, todo ésto es una forma genial de añadir lore y contenido a sus grandes mapeados sin cargarse nada del juego original, es decir, no por tener este tipo de contenido estamos echando abajo nada de la historia del juego, es simplemente juego secundario para el que quiera aprovechar el máximo todo lo que Rebirth tiene para ofrecer. Cosa que, por cierto, recomendamos hacer.

La recreación de las ciudades nos ha parecido una auténtica pasada. Nunca nos hubiéramos imaginado, viéndola en el original, que nos hubiéramos querido quedar a vivir en Kalm. Explorarlas a fondo es una delicia y a nivel general son muy fieles a las del juego original. Ya habréis visto Nibelheim en la demo, pero todo está al mismo nivel de detalle. La única pega que quizás se puede poner es que no se pueda entrar a todas las casas como sí que se podía en Final Fantasy VII, pero es lo de menos viendo todo lo que se ha ganado en comparación.

¿Os parece poco? Pues hay más, hay mucho más. No sabemos la cantidad de minijuegos que hemos jugado ya en estas primeras horas, ¡y todavía no hemos llegado al Gold Saucer! Pero hay un claro rey de los minijuegos hasta el momento que es el que se está apoderando de gran parte de nuestro tiempo: Sangre de la Reina. Este juego de cartas tiene reglas distintas a los ya conocidos Triple Triad o Tetra Master. Tendremos que luchar, colocando nuestras cartas, por obtener más puntuación que el rival en un total de 3 filas. El jugador que tenga mejor puntuación en una fila, sumará esos puntos a su resultado final, de manera que el ganador no será el que más filas haya conquistado, si no el que, al sumar la puntuación de sus filas, tenga más que su adversario (por ejemplo, si gana sólo una fila pero ganas con 15 puntos, y tu rival ha ganado en dos filas pero con 5 y 6 puntos, tendrá un total de 11 por lo que habrás ganado). Cada carta por supuesto tiene un valor y un territorio «a conquistar», teniendo algunas de ellas efectos especiales que te harán pensar de lo lindo si quieres derrotar a todo el que vaya buscando una partidita. Obtendrás una baraja inicial que podrás ir modificando con las cartas que obtengas ya sea comprando en tiendas o ganando a algunos de tus rivales. ¡Consigue una baraja perfecta que se adapte a tu estilo de juego y conviértete en el mejor! Además, el minijuego parece encerrar alguna sorpresa…

¿Y qué es lo que más haremos, a nivel jugable, además de explorar este mapamundi? Evidentemente, pelear. El sistema de combate de Final Fantasy VII Remake ya nos parecía casi inmejorable, una adaptación casi perfecta del sistema de materias a algo más modernizado, más dinámico pero sin perder la esencia. Acción y turnos de la mano para garantizar la diversión del jugador. En esta ocasion, podremos elegir entre dos modos de combate: Directo o Clásico, dependiendo de si queréis que vuestro personaje luche automáticamente y sólo tengáis que encargaros de las acciones BTC o si queréis tener la libertad total.

La novedad principal del combate en sí son las habilidades sincronizadas. Son ataques especiales que iremos aprendiendo mediante núcleos de destreza. Estos núcleos los podremos ir desbloqueando a medida que suba el nivel de nuestro personaje o que obtengamos distintos manuales que otorgarán puntos extra. Con estos puntos, además de aprender las habilidades que comentamos, podemos mejorar los atributos del personaje. Pensadlo como el clásico tablero de esferas, aunque sin ser el núcleo principal del desarrollo del personaje (no tiene tanto peso como tenía en Final Fantasy X por ejemplo). Al utilizar estas habilidades sincronizadas, nos beneficiaremos de distintos efectos que pueden incluir el aprender nuevas técnicas de Límite o aumentar temporalmente nuestras barras BTC. Además, al ejecutarlas por primera vez aumentará el nivel de vínculo de los dos personajes que la han realizado. Este nivel de vínculo será importante también, y aumentará según las respuestas que le damos a nuestros compañeros en algunas escenas.

No nos olvidamos de que el número de personajes jugables va a aumentar, obviamente, con respecto a Remake. Cada uno seguirá teniendo su peculiar estilo, sus habilidades únicas y sus puntos fuertes y tendremos que adaptar nuestro grupo a los diferentes enemigos o a nuestra táctica favorita. Será todo un placer ir descubriendo lo que se puede ir haciendo con cada uno de estos queridos personajes. Nosotros todavía no los hemos desbloqueado todos, pero manejar a Red XIII es una auténtica gozada.

En el aspecto técnico, ya sabéis que no es algo en lo que ahonde mucho en mis análisis al pensar que son más importantes otros aspectos en nuestro querido género de los RPG. Pero es cierto que a nivel gráfico es muy bueno, quedando también a la espera de la mejora en el modo rendimiento que salía junto a la demo de ayer, día 21, y que todavía no hemos podido probar (y entendemos que aún habrá margen de mejora hasta el lanzamiento). A nivel artístico es, desde luego, precioso, y los personajes y escenarios lucen de maravilla. En cuanto al sonido y a la música en general, vuelve a ser sobresaliente. El original tiene auténticos temazos pero el trabajo de adaptación ha sido magnífico, y temas como el de Kalm nunca habían conseguido llegarnos tanto. La banda sonora de Rebirth contiene una gran cantidad de temas y varios son totalmente nuevos, pero encajando a la perfección con las situaciones y escenarios que se plantean en el juego.

Respecto a la localización, tema que se ha comentado por muchos tras probar la demo, conviene recordar que la de nuestro país se ha realizado directamente desde el japonés, por lo que si a veces no coincide con lo que escucháis en las voces inglesas, no se trata de ningún fallo del equipo de localización (que, de hecho, ha hecho una magnífica labor como ya veréis en ciertos textos con referencias, acentos, guiños y expresiones muy nuestras).

Final Fantasy VII Rebirth es una obra maravillosa. Un juego hecho con todo el amor y respeto del mundo hacia el título original, que busca profundizar en los sentimientos de los jugadores del clásico y satisfacer también a la nueva generación. A falta de ver en qué acaba toda la historia y todas las teorías que se van formando en nuestra cabeza a medida que avanzamos, a niveles generales creemos que va a gustar a todo el mundo y que mejora incluso lo vivido en la primera parte gracias a lo que se propone como mapamundi y a las diferentes localizaciones que visitamos, que aportan variedad en lo artístico a lo que veíamos en Midgar. Estamos deseando dejar de escribir para seguir jugando, y eso ya dice mucho de él. A nivel personal, serio candidato a RPG y a juego del año sin ningún tipo de duda. Intentando ser objetivo, creemos que también va a gustar a la gran mayoría del público.

Ahora, la pregunta que probablemente muchos se están haciendo. ¿Es fiel al original? A nuestra forma de verlo, sí. Hay cosas que cambian, en la historia algunos sucesos no pasan exactamente tal cual en el original, pero de momento todo está ahí. De una forma o de otra. Claro que se han añadido cosas, pero como ya hemos explicado, creemos que son con un sentido y que aportan mucha riqueza jugable. Al final un remake tiene que ser también una adaptación jugable, y no lo decimos por el sistema de batalla, si no por los añadidos del mapamundi. Eso sí, habrá que ver qué pasa con la historia. Como ya os hemos dicho, no nos lo hemos terminado y no queremos arruinaros nada porque, ya sabéis, la aventura hacia lo desconocido continúa…

Como siempre, estamos en Twitter/X por si alguien quiere preguntar algo más en concreto. Nosotros estaremos encantados de responder a todas vuestras dudas antes del 29 de febrero. En menos de una semana, por fin todos podremos disfrutar del que puede ser el RPG del año, del regreso de algunos de los personajes más queridos en la historia de los videojuegos. ¡Ya está casi aquí!

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