Análisis de Atelier Resleriana: The Red Alchemist & the White Guardian – Olor a pólvora alquímica

Gust y Koei Tecmo vuelven a la carga con Atelier Resleriana: The Red Alchemist & the White Guardian, una entrega que apuesta por un JRPG de “vieja escuela”: combates por turnos, mucha alquimia y una ciudad que reconstruir a golpe de frascos y recetas. El juego se lanzó el 26 de septiembre de 2025 en PS5, Nintendo Switch y PC (Steam), dejando fuera de Occidente la versión de PS4.

La propuesta recupera el tono acogedor de la saga tras los experimentos de Yumia, pero sin renunciar a comodidades modernas (calidad de vida en la recolección, accesos rápidos, y una sosegada gestión de la tienda y un barrio muy adictivo). Además, viejos conocidos aparecen como “viajeros” que se cruzan con la nueva dupla de protagonistas.

Historia: heridas del pasado, alquimia del presente

Atelier Resleriana arranca con dos protagonistas: Rias Eidreise, un aspirante a alquimista , y Slade Clauslyter, explorador con reliquias heredadas y cuentas pendientes con su pasado.

Doce años antes, un mar de niebla roja arrasó Hallfein, el pueblo de Slade, con lo que parte de la población desapareció y lo que quedó fue un territorio en ruinas y repleto de monstruos. Esto hace que el juego gire en torno al misterio sobre la catástrofe con la singular mecánica de la reconstrucción de la ciudad. Todo esto apoyado por una red de personajes secundarios con entidad propia: la hermana de Rias (Camilla), investigadores, aventureros… y un desfile de alquimistas clásicos que aquí llegan como forasteros dimensionales.

Aunque en un principio pueda parecer una fórmula ya inventada, lo cierto es que la línea principal engancha y deja puertas abiertas para una continuación sin parecer un mero prólogo.

Un sistema de combate mejorado

Como ya habíamos mencionado anteriormente, el sistema de combate es por turnos pero vuelve a la disposición clásica con seis miembros en el equipo (tres al frente y tres en la retaguardia) y una barra de orden visible. Aquí no todo es “atacar y ya”: puedes interrumpir acciones, forzar retrasos o adelantar turnos para robar bonificadores que aparecen en la línea temporal.

La clave del sistema está en el medidor de Unite (Unity Gauge): tus acciones lo cargan y, al consumirlo, puedes ejecutar multi-acciones sincronizadas, con dos o tres personajes actuando a la vez y creando sinergias entre habilidades o ítems (por ejemplo, combinar una bomba de hielo y otra de rayo para provocar un tercer estallido elemental). Además, el combate incorpora una defensa con tiempo: si bloqueas en el momento justo, el daño se reduce drásticamente. Quienes prefieran un estilo más relajado pueden activar el autobloqueo, menos eficaz pero útil en situaciones de riesgo.

Más allá del nivel tradicional, la progresión del grupo se apoya en los Memory Boards, tableros de mejora donde inviertes materiales para aumentar atributos, desbloquear pasivas y definir el rol de cada miembro. A esto se añaden los Core Shards, gemas que alteran estadísticas o añaden efectos únicos a las habilidades activas, permitiendo personalizar cada estilo de combate.

Sin embargo, todo no es positivo ya que la variedad de enemigos es algo escasa y existen picos de dificultad puntuales (los jefes pueden llegar a ser un problema si no hemos dedicado un rato a afinar objetos).

Aún con eso, estas mecánicas y los roles añadidos (cada personaje tiene un rol definido: Attacker, Breaker, Defender o Support) ,que influyen en sus bonificaciones de Unite, mantienen vivo el combate.

Alquimia por colores

La síntesis, en esta nueva entrega, se apoya en emparejar colores (cada material tiene un atributo de izquierda y derecha). Al encadenarlos subes la calidad del objeto y transfieres rasgos (más ataque, resistencias, usos extra, etc.). Además, la síntesis se divide en dos fases: la primera es el objeto en sí y la segunda es opcional y sirve para potenciar, duplicar usos o desbloquear recetas derivadas (como si fuese un árbol de habilidades). Pero ojo, solo se conservarán los tres últimos rasgos añadidos .

Aunque en sagas anteriores la alquimia era un proceso complejo y frustrante, aquí la alquimia es amplia y clara, quizá menos profunda en microgestión, pero muy agradecida al experimentar. Avanzando desbloqueas clonado, mejoras, catalizadores especiales y apoyos de hadas que aceleran la producción… a cambio de dinero.

La tienda y restauración de Hallfein: el motor del juego

A los amantes de la saga Harvest Moon y los juegos cozy, Atelier Rasleriana le va a encantar ya que añade un minijuego de escaparate: colocas hasta nueve productos y alineas colores adyacentes para bonos de venta (lo que sería una especie de “dominó” alquímico que empuja a optimizar recetas).

Además, las hadas que reclutas gestionan limpieza, atención y caja; suben de nivel y especializan el local. Todo esto alimenta la reconstrucción de los cinco distritos de Hallfein: mejoras visuales, nuevos recetarios en librerías, más stock en tiendas… El circuito hacer, vender, invertir y desbloquear es tremendamente satisfactorio y uno de los motores más adictivos del juego.

Exploración menos compleja

Aunque la exploración no es tan rica como en Atelier Yumia, en esta nueva entrega cada personaje tiene una serie de habilidades.

Slade abre vías dimensionales que actúan como mazmorras y Rias adquiere herramientas de travesía (ganchos, golpes para romper muros…) con lo que le añade versatibilidad al juego.

Por otro lado, la recolección es directa y más ágil que en entregas antiguas, ya que en el mapa aparece cualquier objeto que quieras conseguir. Esto puede dar lugar a una sensación agridulce ya que no hay sentimiento de sorpresa en la exploración.

Apartado gráfico: arte que enamora

Artísticamente, Atelier Resleriana entra por los ojos: la animación facial de los personajes es muy expresiva, los monstruos familiares tienen animaciones cuidadas y la ciudad de Hallfein se transforma a medida que la reconstruyes (haciendo que pase de piedra gris y andamios a guirnaldas, toldos y luz por todas partes). Por otro lado, las batallas lucen espectaculares y puedes acelerarlas para evitar que se hagan largas.

Apartado sonoro: banda sonora para quedarse a vivir

Como era de esperar, la música está a la altura de la serie: temas del taller acogedores, batallas con brío y un puñado de pistas memorables (como el impresionante tema del jefe final) que puedes ir asignando por zona y crear tu propio playlist.

Por otro lado y aunque el doblaje es en japonés, las interpretaciones encajan bien y las voces niponas transmiten carácter.

Duración

La historia principal se puede completar en unas 30 horas, dependiendo de lo meticuloso que seas con cofres y mazmorras. Si te atrapa el la recolección de recetas, optimización de rasgos, caza de materiales y la restauración total de los distritos, la cifra sube con facilidad a las 40-50 horas.

Conclusión

Atelier Resleriana: The Red Alchemist & the White Guardian es, ante todo, una declaración de amor a la fórmula Atelier. Recupera el turno clásico, apuesta por una alquimia accesible y te engancha a su economía doméstica de tienda y barrio.

¿Tiene puntos negativos? Sí, pero cuando todo encaja (una receta bien pensada, un escaparate con colores perfectos y un combo espectacular) sale esa sonrisa que solo Atelier sabe provocar.

Lo mejor

  • Combate por turnos ágil y táctico.
  • Alquimia por colores: clara, con árbol de recetas, catalizadores y clonación; fácil de entender, difícil de soltar.
  • Gestión de tienda y reconstrucción de Hallfein muy adictivo.
  • Cameos bien integrados con misiones útiles y recetas únicas; con mucho margen para composiciones de equipo.

Lo peor

  • Exploración algo limitada.
  • Curvas de dificultad desiguales: existen jefes puntuales que pueden romper el ritmo si no llevas el equipo correcto.
  • Se echan de menos textos en español y doblaje en inglés.

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